14 junio, 2006

Firma el Manifiesto Psiconautico

Tomes drogas o no, firma el manifiestoAfrodelia solicita la difusión y firma de este espléndido manifiesto, a ver si los irresponsables payasos que nos gobiernan se caen del guindo de una puta vez y dejan de manipular, engañar, mentir, distorsionar, demonizar y, sobre todo, llenarse los bolsillos con este maldito artefacto que es la guerra contra los usuarios de determinadas drogas.



Manifiesto Psiconautico

Como ciudadanos mayores de edad, en plenas facultades físicas y mentales, perfectamente responsables de nuestros actos, declaramos:

1. Que el ser humano es soberano, individualmente, para hacer con su cuerpo lo que considere conveniente, siempre y cuando no coarte la libertad de otros individuos.

2. Que toda persona tiene el derecho de investigar voluntariamente sobre su propio cerebro el efecto de las sustancias que la naturaleza le proporciona, más allá de consideraciones legales en gran medida alejadas del conocimiento científico.

3. Que el paternalismo a que los gobiernos someten el cuerpo de cada sujeto constituye un delito contra su libertad y está basado en intereses económicos y de subordinación. El experimento de la prohibición, justificado en la preservación de la salud pública y en un afán de control de las sustancias, ha supuesto el efecto contrario al que originalmente pretendía: merma de la salud pública (adulteraciones, contagios, mayor toxicidad de las drogas legales, aumento del número de usuarios, etc.) y un descontrol difícil de reparar debido a las desorbitadas sumas de dinero negro puestas en circulación, con el consiguiente impacto en especulación inmobiliaria, corrupción política, mafias, etc.

4. Que los representantes políticos son culpables de causar dolor al delinquir contra la salud pública, imposibilitando la investigación y el consumo de plantas y sustancias que pueden resultar beneficiosas para el desarrollo de la persona y la sociedad. En ese sentido, deben exigirse responsabilidades por el fiasco mayoritario que han supuesto las políticas sobre drogas, así como abrir un debate público donde se pongan sobre la mesa opciones alternativas viables, empezando por la despenalización de la adquisición, tenencia, fabricación, empleo y cultivo de todas las drogas ilegales.

5. Que el Estado tiene la obligación de facilitar información verídica y datos de pureza contrastada científicamente sobre cualquier sustancia que el individuo quiera probar, velando en esta información por la seguridad y el bienestar de cada uno de sus ciudadanos.

6. Que las culturas, religiones y rituales asociados a las diferentes sustancias merecen el mismo respeto que cualquier otra disciplina, debiendo permitirse su desarrollo con plena libertad. La heterodoxia de los consumidores tiende a diluir barreras sociales mediante el culto al dios interior, estableciendo una relación de respeto con el entorno, la naturaleza y el resto de individuos.

7. Que la educación es la base fundamental sobre la que se apoya el edificio de cualquier sociedad, siendo necesario para el sujeto y la propia colectividad un flujo de información científica y experiencial que permita que el individuo, al igual que elige una religión, pueda adoptar la cultura que una u otra sustancia proporciona.

8. Que las políticas sobre drogas han de tener en cuenta a los consumidores para construir una sociedad integradora, reducir los riesgos y evitar los daños que pudieran derivarse de un uso incorrecto de las sustancias, empezando por la derogación inmediata de todos los convenios y convenciones internacionales antidroga: Convención Única de Estupefacientes (1961), Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas (1971) y Convención de la ONU contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes (Viena, 1988). En el caso concreto de España, un buen comienzo sería revocar algunos artículos de la ley Corcuera (L.O. 1/92 de Protección de la Seguridad Ciudadana), sobre todo aquellos que atropellan a los consumidores con abusivas sanciones: artículos 25.1 y 23.h, principalmente.

9. Que los gobiernos mundiales han de interrumpir su celosa labor de rechazo a todas aquellas sustancias y medicamentos susceptibles de producir placer, razón por la cual, no lo olvidemos, se consumen con asiduidad. Asimismo, en la gestión del dolor debe primar la eficacia científica por encima de consideraciones de índole política y/o económica.

10. Que la prohibición de enteógenos y otras drogas constituye una práctica económicamente ruinosa, ineficaz y anticientífica, que fomenta y propaga enfermedades, impide la investigación biomédica y corrompe a la sociedad obstaculizando el sistema judicial. Las sustancias causantes de ebriedad han sido legalmente utilizadas, de manera natural, durante miles de años, sin suscitar el mayoritario problema que suponen en la actualidad. En consecuencia, exigimos que los ingentes fondos económicos pagados con nuestros impuestos que actualmente se destinan a la represión sean utilizados con fines constructivos, en aras de la normalización y regulación definitiva de las drogas, que engrosarían las arcas del Estado con sus gravámenes, ofreciendo a los usuarios garantías y controles de calidad sobre los productos consumidos.

DOMINGO SACRISTÁN, Igor (2006): «Manifiesto psiconáutico». Enteogenia. Revista libre de cultura y estudios psiconáuticos, n.º 1, mayo-junio de 2006.

Resto del manifiesto y posibilidad de firmarlo (con tu nombre y apellidos, por supuesto) en:

http://www.petitiononline.com/psiconau/petition.html

Comments

7 Responses to "Firma el Manifiesto Psiconautico"

Anónimo dijo... 17/6/06 12:01 p. m.

Creo que, como en el tema sexual, toda dinámica de "derechos" y de gestión, venia y/o licencia por parte de las alturas administrativas (especialmente, de unas tan ineptas y corruptas como las actuales) es contraproducente.
En su momento pasé por el sarampión "antiprohibicionista" y acabé profundamente quemado en cuanto al personal implicado y a las dinámicas de manipulación desarrolladas (con Berlusconi en la lontananza, que diría Modugno, y aquí el hayekiano Escohotado, gurú de Alaska, como santón supremo). Al final todas estas cosas quedan en asunto de "policías buenos" y tal.
Creo que una gestión justa de estas materias y sustancias sólo es posible en una situación de "Año Cero", no regalándola como nueva coartada demagógica y confusionista para los subseres que nos apacentan.
La droga, como el sexo, son subversivas por naturaleza y no pueden negociarse con la Administración, salvo que dicha Administración seamos nosotros.

Anónimo dijo... 18/6/06 5:03 p. m.

Alguien sabe que ha pasado en Psicodioscorides?

Johnny Lingam dijo... 29/6/06 6:49 p. m.

Espero que conserves el dominio, keef. Suerte en tu trayectoria en solitario.
En cuanto a lo que dice El Zurdo, yo voté por la lista antiprohibicionista y no me arrepiento. No sabía nada de que Berlusconi estuviera detrás de aquello. Creía que la cosa iba más por el lado de Mario Conde.
Conociendo sus planteamientos sobre Eduardo Haro Ibars vs. Zerolo, entiendo su postura. Lo que pasa es que uno prefiere la regulación de los delitos sin víctima, y más si llevan a desastres como los que ha ocasionado la prohibición global de drogas. El sexo puede seguir siendo subversivo, pero ya no te meten en la trena por salirte de lo establecido. Me gustaría que pasara lo mismo con las drogas.

Anónimo dijo... 1/7/06 7:09 p. m.

El sexo regulado (desde la tolerancia) acaba llevando a la descategorización y al vaciamiento de su contenido esencial. El sexo es soberano más desde la proscripción que desde la tolerancia (y, por supuesto, mucho más creativo: Jesús Palacios comentaba cómo, desde que Clive Barker salió del armario, su obra resulta mucho más floja al perder la tensión agónica, morriseyana, que latía en su narrativa previa al outing). El sexo es algo demasiado grande y valioso para tratarlo como una anécdota inocua. De ahí que hoy por hoy la necrofilia o la pedofilia o la pasión por las amputaciones y discapacidades (ignoro su término clínico, aunque creo que lo mencionaron una vez en CSI NY) se muestren más llenos de sentido que la homosexualidad (en tanto que opción rehén de determinados lobbies y pautas concretas -exhibicionismo, banalización, agresividad machista aceptada en las lesbianas pero no en los varones hetero, pérdida de misterio, plebeyización, pérdida del sentido del riesgo, tendencia al capricho y a la irresponsabilidad...-), aparte de que la profunda arbitrariedad de que tales prácticas sean perseguidas mientras se ejemplariza la homosexualidad "de cuota" las acaba incluso transmutando en herejías generadoras de martirologio (¿con qué autoridad moral o lógica se persigue la pedofilia en tanto se fomenta la adopción de menores por parejas homosexuales? ¿por qué se toleran las cabalgatas de principios de julio y no se admite que necrófilos, pedófilos o adictos a los muñones se expresen públicamente a plena luz del día con la misma exigencia de respeto y ejemplaridad?). Al final, tras el pendulazo sodomita vendrá el pendulazo victoriano, el hartazgo y la imposición (tan arbitraria como lo fue antes la tolerancia de algunas parafilias en detrimento de otras) de pautas hipertrofiadas y farisaicas basadas en el "decoro y las buenas costumbres" (cuando una sociedad libre, madura, ática, con un fuerte respeto a la intimidad -esto es, a que haya usos y prácticas que llenen los espacios de intimidad y no tengan que proyectarse grotesca y forzosamente en escaparates-, consensúe en la vida pública un razonable y no represivo sentido del DECORO Y LAS BUENAS COSTUMBRES).
El Morrissey glosado por Dildo en el foro Cafexpan, el poeta Cirlot y sus anómalas pasiones, el Kevin Spacey que se niega a revelar su opción sexual para así no condicionar al espectador en el abanico de su dinámica actoral, los intentos del aristócrata Visconti por intentar pulir al chaperito Helmut Berger, el luciferismo pansexual del ya mentado Eduardo Haro Ibars transmitiendo en cada momento lo peligrosamente digno de respeto reverencial que es el sexo, la homosexualidad predatoria (quasi lecteriana) de Foucault en San Francisco (Foucault, como Lecter, tan gélido y asexuado en las horas profesorales de vigilia), todo ello señala la grandeza del deseo en los ámbitos crueles y filosos y maravillosos y llenos de identidad, de la REALIDAD, y no de una sexualidad virtual, placebo, alois, lobotomizadora más que esclarecedora, sin sentido del riesgo, profanada.
Zerolo (convertido en martillo de homófobos -esto es, generador de más homófobos por reacción ante sus caprichosas gilipolleces-) o el juez Marlaska (exhibiendo su vida privada en tanto procesa independentistas vascos para deleite de pseudopieds-noirs tan emasculados como él del sentido último de la existencia) no son sino jalones de lo que dije en el anterior comentario. Policías buenos. Enfermeras de pabellón de reposo. Metadona sexual, en una palabra.
Por fortuna, la ola de blandiblub e irrealidad pasará pronto, como toda ola. Y las gentes volverán a descubrir la esencia terrible y magnífica del SEXO.

Anónimo dijo... 12/9/06 11:20 a. m.

Me jode en el alma que otros decidan por mí.

Anónimo dijo... 22/9/06 4:20 p. m.

En realidad no existe el 'poder de decisión'.

A mí lo que en realidad me jode es que otros quieran vivir esta vida mía.

Se proyectan en vidas ajenas reprochando conductas que no pueden llevar a la práctica por matices ideológicos o cuestiones psicoestéticas.

Mareas de deseos reprimidos que van desagarrándoles el alma, generando ambigüedades, sembrando incertidumbre.

Y esta incertidumbre es la que les mata.

Para estar vivo, hay que morir antes de morir.

Miedo. Sólo tienen miedo.

(¿Y quién no?)

Anónimo dijo... 15/11/06 2:39 p. m.

Mi opinión es que en el fondo todo es un problema de Objetividad vs. Subjetividad, de manera que, a parte de querer hacer las vidas de todos pura objetividad, hacen que habitualmente se anule toda la Realidad Subjetiva del Individuo, cuando la realidad consensuada no es más que una suma de subjetividades...

Y así está todo: Robotizado a marchas forzadas donde el Patrón Determinante es lo Objetivo, cientificamente comprobado, políticamente aceptado, socialmente premiado, etc...

Quizá el Individuo debe armarse de Valor para aceptar la propia riqueza de su Realidad Subjetiva aún cuando se enfrente a ese APARENTE gigante Objetivo que se alza en su "exterior"...

Saludos!!!

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